Frigoríficos y criadores están afectados por las subas de insumos y los tarifazos. El panorama se complica al no haber reactivación del consumo.

La situación del sector avícola en la provincia tiende a empeorar y esta semana se registraron 20 despidos en uno de los frigoríficos de la costa del Uruguay. Se trata de la empresa ServiAves, de San Justo, que prescindió de un grupo de empleados que habían sido contratados hace casi dos meses para hacer reemplazos durante las vacaciones, con la idea de incorporarlos si se incrementaba la faena.

Lejos de repuntar, la actividad cayó, y comenzó a haber inconvenientes con el pago de los sueldos y del medio aguinaldo, situación que se replica en otros frigoríficos del rubro, sobre todo en los que por su capacidad operativa no exportan. Sergio Vereda, secretario general del sindicato de la Carne de Concepción del Uruguay, comentó a UNO que frente a esta circunstancia se reunieron con los empresarios para avanzar en el pago de las quincenas en tiempo y forma y también del aguinaldo de los trabajadores, y comentó que en la mayoría de los casos propusieron abonarlo hasta en tres cuotas.

La crisis en el sector se inició hace al menos dos años, por una confluencia de factores que se agravó con los sucesivos tarifazos en los servicios de luz y gas; el aumento de los insumos que se pagan a precio dólar; el incremento, producto de la sequía, de los valores del maíz y otros cereales con los que se hace el alimento; y una fuerte caída del consumo en un mercado interno saturado, que empeoró con las exportaciones de pollo que llegan desde Brasil y otros países.

«La situación es muy complicada. Todo lo que son las subas de los insumos y los granos, y con más razón las de la luz, han afectado mucho a los frigoríficos más chicos que no hacen exportación y terminan teniendo graves inconvenientes para pagar sueldos y aguinaldo. La mayoría tiene problemas», recalcó.

Si bien sostuvo que no se anunciaron nuevos despidos en el sector, admitió que hay mucho temor por la situación adversa que atraviesa el rubro, sobre todo de parte de los granjeros y los proveedores, que tienen problemas con los cobros: «A las granjas les están estirando los pagos. La mayoría de las producciones avícolas están complicadas, sobre todo por el gran drama de la tarifa eléctrica. Hay frigoríficos que tienen molino y pagan entre 7 y 9 millones de luz y es abismal», dijo, y señaló: «Lo que está pasando a nivel nacional le ha a afectado a casi todos y como siempre la avicultura tiene problemas cíclicos de crisis, realmente hay lugares donde están muy comprometidos».

Ricardo Unrrein es el presidente de la Cámara Argentina de Productores Integrados de Pollos (Capip), se dedica desde hace dos décadas a la actividad y en la actualidad tiene un criadero con cuatro galpones en la zona de Crespo. Al igual que sus pares va pagando las deudas como puede para poder subsistir, a la espera de tiempos mejores. «Ya llevamos tres años que estamos muy golpeados y las instalaciones se están deteriorando mucho. Pero la situación empeoró aún más en los últimos meses, porque después de los aumentos de energía que hubo este año no hubo incrementos en el valor que nos pagan a nosotros por cada pollo, que es de entre 5,50 y 6 pesos. Lo peor es que los repuestos para el sector están dolarizados y subieron entre un 30% y un 40% y lo tenemos que absorber nosotros», explicó a UNO. A su vez, lamentó: «Encima en Crespo una firma que estaba pagando puntualmente a los 30 días ahora lo hace a 60 días».

En su caso la última boleta de luz que le llegó fue de 150.000 pesos y tuvo que pedir a la Cooperativa Eléctrica que se la financie en cuatro tramos, que se sumarán al consumo de las próximas facturas. Al respecto, expresó: «Hoy lo que más nos está golpeando es la suba de la luz. Antes de los aumentos el costo de la energía para un pollo era del 3%, y en la actualidad nos está llevando entre un 12 y un 15% de lo que nos pagan».

El dirigente indicó que el último aumento que recibieron por la crianza de las aves fue en enero. «Fue cuando hubo una gran suba del costo de la energía y nos aumentaron el 10%, desde entonces no hemos tenido más incrementos y en marzo vino otra suba de luz de un 30%, y en junio se firmó un nuevo convenio donde se le aumenta al personal un 20% los salarios en dos tramos y en noviembre se vuelve a reabrir la paritaria, porque en el acta se puso que si la inflación era de mas del 20% se reabría». En este marco, contó que cada granja familiar tiene en promedio cuatro galpones y dos empleados, y los grandes tienen entre ocho y 10 galpones.

En la costa del Paraná son cinco los frigoríficos que operan en la zona de Crespo, y hay otro en Hernandarias. En la costa del Uruguay, que es donde más se concentra la actividad, son alrededor de 12. De la demanda en el mercado interno depende generalmente la cantidad de pollitos que les entregan a los criadores: si cae el consumo, la actividad se estanca y como parte de la cadena de producción, los criadores también pierden: «Es automático. Entre crianza y crianza tenemos un intervalo entre de 14 a 20 días, pero cuando se traba la venta porque el comercio interno se saturó ellos incuban menos huevos y nos tienen de 25 a 30 días con los galpones vacíos. Eso ocurrió el año pasado entre los meses de agosto a noviembre, que nos dejaron un mes prácticamente sin pollo por esta razón y es dinero que perdemos», dijo.

 

Producción

En total, en Entre Ríos hay 2.400 criaderos, que reciben de los frigoríficos los pollos con tres o cuatro horas de vida y con un peso que oscila los 40 o 50 gramos. «Se los devolvemos entre los 48 y los 50 días con un peso que ronda los 2,8 o 3 kilos. El frigorífico nos paga la crianza y nos provee el alimento, el gas para calefaccionar los galpones y los medicamentos que hay que darles si se enferman. Nosotros ponemos lo que son las instalaciones, la energía eléctrica y nos hacemos cargo de nuestro personal y los impuestos», explicó Unrrein.

Por otra parte, manifestó con preocupación: «A diferencia de lo que ocurre en la provincia, en Buenos Aires los criadores tienen el agravante de que no les pagan el gas para la calefacción», lo que incrementa notablemente los costos: «Con el frío que está haciendo están gastando muchísimo, y a ellos también les pagan hasta 6 pesos por pollo. Ya hay tres granjas que han cerrado en Buenos Aires y hay varias allá que optaron en estos meses de invierno por no trabajar, vacacionar a su personal y tratar de volver a arrancar en la temporada de verano», sostuvo el dirigente.

 

Afectados por Camioneros

Se mantiene el conflicto que el sindicato de Camioneros mantiene con las empresas de transporte que llevan pollos vivos a los frigoríficos para faenar y también pollos congelados, impidiendo la libre circulación de los camiones si los choferes no cuentan con el «libre deuda sindical» que les exigen.

Esta situación afectó durante una semana la normal actividad en un frigorífico de pollos de Racedo y fue crítica para los faenadores, causándoles un perjuicio económico porque no pudieron completar sus turnos y esto genera una caída de sus salarios.

Ayer el referente del sindicato de la Carne en Concepción del Uruguay, Sergio Vereda, confirmó a UNO que en la zona también desde el gremio liderado a nivel nacional por Hugo Moyano intervinieron tres plantas, sin dejar pasar los camiones que no pagaron lo que les piden, afectando la carga de animales vivos, que muchas veces no pueden ser devueltos a los galpones y pierden peso, causando incluso pérdidas. (El Once)

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