Así lo expresó el abogado Sebastián Arrechea, abogado de Gustavo Pastorizzo, padre de Fernando, después de finalizada la Audiencia donde se decidió la elevación a juicio oral del caso

El letrado Sebastián Arrechea, que forma parte de la querella de Gustavo Pastorizzo, dijo en RADIO MAXIMA que “nosotros lo que pretendemos durante el Juicio Oral es que se modifique la calificación del hecho criminal en atención a como se desarrolló el mismo. A nuestro criterio hay pequeños elementos en el plan delictivo de la imputada que sirven para incriminarle también un tercer agravante, que es la alevosía. Entre ellos el momento, lugar, la nocturnidad en que se produjo el evento criminal y la forma en que fue efectuado el primero de los disparos que recibió la víctima, que fue por la espalda”.

Asimismo, Arrechea indicó que “todos estos elementos circunstanciales nos convencen que la acusada actuó con alevosía. La imputada cometió un homicidio alevoso y así debe ser propuesto por los querellantes y deberá ser demostrado en la instancia del Juicio Oral, si bien si se definiera que finalmente el hecho es triplemente calificado, la pena a imponer no cambiaría”.

Los hechos

Pasadas las 5 de la mañana del viernes 29 de diciembre del pasado año,  el cuerpo desplomado de Fernando Pastorizzo,  21 años de edad  fue encontrado por un remisero en la calle General Paz, entre Artigas y Pueyrredón. En el lugar, estaban algunos efectos personales y la moto en la que se conducía la víctima, que había recibido dos impactos de bala que le causaron la muerte en pocos minutos. Inmediatamente se estableció que se trataba de un homicidio.

Esa misma mañana, acudió a los Tribunales la ex novia del joven asesinado, Nahir Galarza, de 19 años,  quien prestó su primera declaración ante el fiscal de turno, Sergio Rondoni Caffa.  Mientras la chica declaraba, una comisión policial se presentó en su casa y procedió a secuestrar el arma reglamentaria del funcionario policial Marcelo Galarza, padre de Nahir. No pasaría mucho tiempo en establecerse que el arma utilizada para ultimar a Pastorizzo había sido esa pistola 9 milímetros.

En horas de la noche de ese mismo 29 de diciembre, cuando ya todos los indicios de la autoría del crimen apuntaban hacia ella, Nahir Galarza confesaba en sede judicial haber matado a su ex novio. Inmediatamente quedó detenida, y fue llevada al Hospital Centenario donde permaneció hasta el 2 de enero de este año. Ese día, el Juez de Garantías, Guillermo Biré le dictó la prisión preventiva por 60 días y quedó recluida en la Comisaría de Violencia Familiar y la Minoridad, donde aún permanece, después de haber fracasado, en distintas instancias judiciales, seis intentos para lograr su prisión domiciliaria.

Simultáneamente, desde la familia Galarza y con la anuencia del primer equipo de abogados defensores de Nahir, comenzó un permanente bombardeo mediático a cargo de Jorge Zonzini, manager contratado por la propia Nahir para gestionar su imagen. El caso tomó trascendencia nacional. Se publicaron toda clase de barbaridades y la televisión y muchos medios hicieron gala de un amarillismo pocas veces visto.

Como era de esperar, semejante estrategia fracasó estrepitosamente y cuando los reveses judiciales comenzaron a ser más que evidentes, el matrimonio  Galarza designó un nuevo equipo de abogados defensores para su hija quienes, como condición para hacerse cargo del caso, exigieron la expulsión de Zonzini, algo que se concretó hace pocos días. (Radio Máxima)

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