Un hombre de 35 años tuvo en vilo a la Policía de Paraná. Tras violar la restricción impuesta por violencia de género contra su pareja, se encerró en un comercio y gritó que iba a quitarse la vida haciendo explotar una cilindro de gas.

Un hombre que fue notificado de la exclusión del hogar tras ser denunciado por violencia de género, tomó numerosas malas decisiones que determinaron su posterior detención. Previo a esto, se atrincheró en un local comercial. Primero amenazó con matarse haciendo explotar una garrafa y luego amagó con ahorcarse. Tras la intervención de la policía y un hermano, se entregó y fue derivado a la Alcaidía.

Tras una hora y media de intervención policial y judicial, el hombre que vive en el barrio San Roque de Paraná, tuvo en vilo a los grupos especiales que rodearon la casa ubicada en Ayacucho, casi Independencia.

Todo se inició hace con la denuncia formulada por la pareja que lo denunció por violencia de género. Con los primeros informes, la fiscal Fernada Ruffati, dispuso una medida restrictiva, la de que se retirara del hogar hasta tanto avanzara la investigación judicial.

Por ello, personal de la comisaría octava lo notificó de la exclusión del hogar. En un primer momento cumplió con la resolución, pero una vez que se fue la policía regresó para agredir a la denunciante. Enojado por la situación, tomó la llaves de la rotisería que tiene a su cargo y se fue hasta Ayacucho al 1.600 de esta capital. Allí a los gritos alertó que iba a tomar la peor de las decisiones: quitarse la vida.

Personal del 911 fue alertado del incidente, por lo que de inmediato se activó el protocolo para casos en los cuáles hay peligro inminente de una personas o bien que por su comportamiento pueda afectar a terceros.

Llegó hasta el lugar personal del 911, COE, Bomberos Zapadores y un familiar del hombre que estaba en crisis.

La situación no fue sencilla, atrincherado gritaba por las «injusticias» padecidas, y anunció que estaba sentado sobre una garrafa y además atado su cuello con una soga que se sujetaba al techo.

El jefe del 911, Esteban Alegrini explicó a UNO: «Activado el proceso de intervención para que desistiera y se allanara a lo dispuesto por la justicia, es que se trabajó con todos los medios. La fiscal ordenó que se priorizara el diálogo, lo que tras un tiempo, fue fructífero».

«El hombre afectado emocionalmente, decidió salir del lugar, luego de que un hermano y un policía ingresaran al comercio», enfatizó el titular de la División.

Con posterioridad, la fiscal ordenó su traslado a la Alcaidía de tribunales y la apertura de un tratamiento con los especialistas del hospital Escuela de Salud Mental, habida cuenta de sus antecedentes en intentos de autodeterminaciones.

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